Cartas desde el Río
Durante años he estado escribiendo estas cartas a la orilla del río mientras veía correr el agua, notaba el peso de la luz sobre las hojas o escuchaba detenidamente el canto de los pájaros en la arboleda.
Las he corregido una y mil veces: afinando expresiones (palabras, frases, párrafos), buscando el ritmo apropiado, haciendo visibles las imágenes, tratando de hilvanar sus páginas… Y seguramente no lo habré conseguido del todo. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de darlas por terminadas.
Sé que reflejan una visión muy personal del mundo, sencilla y exigente al mismo tiempo; al igual que las cosas que he contemplado durante estos años: la luz, los árboles… El silencio. De esta contemplación ha surgido también la invitación a un compromiso, con el entorno que me rodea y conmigo mismo. Un compromiso que va mucho más allá del intercambio de mercancías y sentimientos. Por eso tampoco han sido escritas para ser vendidas, sino para intentar compartirlas…
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